El lince es una de las especies más emblemáticas de la península ibérica. Al comienzo del siglo XXI los científicos alertaban de una situación gravísima pues solo quedaban 100 ejemplares de este felino. A partir de ese momento diferentes organismos y organizaciones ambientales empezaron a trabajar para evitar su extinción.
Aura, el felino del centro de cautividad de Doñana, muere con 20 años y dejando a más de 900 descendientes. Este ejemplar de lince fue capturado siendo un cachorro cuando solo quedaban 100 de su especie.
Se trataba del ejemplar más longevo y tuvo 14 crías en estas dos décadas. Cuenta con una descendencia de cinco generaciones, directa e indirecta, en cautividad y libertad, según el programa de conversación de la especie.
La esperanza de vida de un lince en libertad está en torno a los 15 años y no suelen llegar a los 20 años en cautividad. Sin embargo, Aura lo logró, fue capturada en Doñana cuando era tan solo un cachorro de 700 gramos y su raza estaba en peligro de extinción.
Gracias al programa que tiene diferentes centros repartidos por todo el país y Portugal ha llegado a multiplicar la especie de Linces hasta los 1.365 ejemplares. En este caso particular, Aura llegó al zoo de Jerez de la frontera acompañada de Saliega, otro cachorro encontrado en Sierra Morena. Finalmente, Aura logró tener 14 crías, donde seis de ellas están en libertad en diferentes puntos de la Península Ibérica.